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sábado, 28 de julio de 2012

VEJEZ

Era la tercera vez que miraba su reloj, y la cuarta vez que se asomaba a la ventana. Nunca demoraba tanto en llegar, y se preguntaba que le habría demorado tanto. Hacía solo una semana que estuvieron juntos. Conversaron largamente, como siempre. Le contó lo bien que se sentía y que creía ya se encontraba mucho mejor; como para, quizá volver. Más, su temple le insinuó que quizá había sido demasiado osado. Quizá eso lo demoraba, quizá estaba molesto. Quizá no volviera. Lo había visto pasar muchas veces. Primero eran visitas diarias, al tiempo, semanales que se transformaban en mensuales, luego en anuales, y finalmente no volvían más. Qué horror, que espanto el solo pensar que le ocurría también a él.

Al rato, oye que llaman a la puerta, pero por la hora intuye que ha de ser el enfermero con la medicina de la tarde. ¿Por qué no fui más cariñoso con él, por qué fui tan duro con él cuando pequeño, por qué? Se mortifica sollozando. Su cara sonríe con vida propia. Se abalanza y le abraza con toda emoción. “Que bueno que viniste” le dice. “Papá, solo me tardé cinco minutos” le contesta. “Ven, regresemos a casa”

lunes, 23 de julio de 2012

INCONSCIENTE SEDUCCIÓN

Desde mi mesa observada como usabas la cucharita en tu taza de café, la dejabas junto al platillo y luego llevabas tus dedos al mechón de cabello que había cubierto parte de tu rostro, mientras lo acomodabas lentamente para dejar por fin tu belleza en todo su esplendor.

Habías llegado sola hace una media hora, y ya estaba convencido que no esperabas compañía. Me preguntaba si sería prudente acercarme, hablarte y proponerte conversar, pero eso es para galanes de segunda, no para mí. Me encandiló la blanca tez de tu piel y la miel de tus bellos ojos. El cabello suelto y algo alborotado, una blusa poco escotada y una falda bien ceñida. Perfecta, simplemente perfecta.

Al notar que terminabas tu café, ya me había decidido. Créeme, lo pensé mucho y la verdad me costó un poco tomar la determinación. Claro, no sería la primera vez, pero siempre los nervios me hacían elevar la adrenalina al máximo. Nos levantamos al mismo tiempo, casi natural. Caminamos en dirección a la salida. Sonreíste. Aquella seducción sentenció todo.

Ahora, casi terminas de abrir la puerta de tu casa, y yo desde estas sombras acaricio mi hermoso cuchillo carnicero. No temas, será rápido

domingo, 15 de julio de 2012

SOLO SOMBRAS

"Son solo sombras", se repetía una y otra vez para intentar calmarse. Ya habían transcurrido al menos dos horas desde que se había ido a la cama intentando dormir en aquella habitación donde apenas entraba algo de luz de luna. Tras vuelta y vuelta entre las sábanas, de vez en cuando escondía la cabeza bajo ellas intentando en vano alejar el miedo que poco a poco iba convirtiéndose en terror. Las manos comenzaban a temblarle y las sombras frente a él se volvían más y más tenebrosas. "Estoy seguro que hay algo ahí, algo se ha movido" se decía en voz alta como si con el ruido ahuyentara a aquella cosa que creía ver entre las sombras. Se preguntó entonces que pasaría si aquello que juraba ver, saltase hacía él intentando, quizá, matarle o tal vez, arrancarle el alma por la boca. Entonces, se atrevió a estirar la mano y encender la lámpara de noche iluminando aún más la penumbrosa habitación. Nada, simplemente había nada que pudiera hacerle daño. "Son solo sombras" y rió dando una gran carcajada, "Solo sombras", fue la última frase que hiló antes de sentir el helado y putrefacto aliento tras de sí.

lunes, 2 de julio de 2012

LOCA DE AMOR

Como extraño tus besos, aquellos que incendiaban mi ser. Como extraño tus caricias, tu mirar. Solo recuerdos me quedan, tenues, difusos. Como extraño todo de ti. Y es que enamorada estaba, estoy y creo, estaré. O quizá ya loca me he vuelto y no es amor, es obsesión. No lo sé, no lo sé. ¿Dónde estás, donde? ¿Por qué no me quieres? ¿Por qué no me amas? Cuerda estoy, lo juro. Cuerda estoy, creo. Oh Dios, no lo sé. Porque te siento aquí, dentro, en mi mente y en mi alma, pero miro y miro a donde sea y por ningún lugar estás. Me dejaste, lo sé. Pero me niego a dejar de amarte, me niego. Y si esta aparente locura puede ahora traerte de vuelta, loca estaré. Oh, mi bello. Me escuchaste. Loca me quieres, loca me amas. Ahora sí, no te dejaré. Ven, quédate conmigo en esta hermosa y blanca habitación. Quédate conmigo para siempre, que yo para siempre te amaré Te amo.